¡Orden por favor!

El orden siempre ha sido muy importante en mi vida. Con orden tengo orientación y control sobre las cosas, las situaciones. El caos me causa confusión, inseguridad, incertidumbre y —sobre todo— mucho estrés 😰. Con la llegada de Mi Pequeña Compañía el orden se ha vuelto un reto constante. ¡Son miles de triques todo el tiempo por todas partes! Entre la ropa que van mudando tan rápidamente, pañales, baberos, frazadas, medicinas, toda la bebé parafernalia, juguetes y miles (¿¿¿millones???) de cosas más 😱.  Es simple y sencillamente abrumador 😥

A esto súmale que este nuevo y extraordinario ser depende de ti para poder hacer muchas cosas (claro, en menor medida conforme crece). Eso multiplícalo por el número de hijos que tengas y pues la situación se va complicando 
😩 ¿Cómo puedes liberar un poco de tiempo en tu apretada agenda de mamá? De ahí la importancia de encontrar (y, por supuesto, aplicar) estrategias que te permitan retomar el control y hacer las cosas más fáciles y sencillas para todos en la familia. Practicidad ante todo, por sobre todo. Que vuelva la calma, la armonía. ¡Te sentirás hasta más ligera! 💆

Una estrategia que nos ha funcionado bastante bien es seguir algunos de los principios Montessori en el acondicionamiento de la casa. No soy guía Montessori ni nada por el estilo, pero así como de la moda (y cualquier cosa en general), tomo lo que me acomoda, lo que me funciona. Así que si tú también quieres:

     👉  Fomentar que tu(s) hijo(s) tenga(n) más cuidado con sus cosas y se vuelvan responsables,
     👉  Tener un espacio más tranquilo para vivir,
     👉  Deshacerte de todo el “clutter[1]” y/o
     👉  Tener las cosas más organizadas…

 

¡Esta estrategia también es para ti!

Publicaré una serie de artículos en el blog sobre cómo acondicionar tu casa estilo Montessori en los que compartiré usando mi propia casa como ejemplo, tips, sugerencias e ideas habitación por habitación, para que, sin dejar de lado el estilo y diseño de interiores, puedas fomentar la independencia de tus hijos y devolver el orden a tu hogar para mejorar la convivencia de toda la familia.

Estoy segura que esta herramienta también te será valiosa porque estos principios te permitirán:

1.  Simplificar tu hogar, tener menos cosas.  Tener menos cosas se traduce en menos juguetes que recoger y almacenar, menos opciones entre las que elegir para entretenerse y hasta en mejorar la habilidad de concentración de los niños. Si les das demasiadas opciones entre las que elegir (muchos juguetes, mucha ropa, mucha variedad de comida) enfocarse en cualquiera de ellas por más de algunos minutos se vuelve complicado.

 

2.  Hacer que tu(s) hijo(s) se involucren en la vida cotidiana. A los niños les gusta participar en el día a día de la familia. Les encanta observar y ayudar en lo que hacen sus papás. Involúcralos en tus actividades diarias en casa para que se vuelven parte de su rutina, parte del pasar tiempo juntos. Y, seguramente (cruza los dedos), continuarán realizando estas pequeñas tareas (que son de gran ayuda) conforme vayan creciendo.

 

3.  Fomentar que tu(s) hijo(s) sean independientes. Darle a tu hijo las habilidades necesarias para que pueda hacer las cosas por sí mismoes un gran activo para ambos, y particularmente para niños de carácter fuerte que no les gusta que les digan qué hacer. Cuando tienen la oportunidad y son capaces de hacer las cosas ellos mismos, se fortalece su autoestima y tú tendrás menos batallas que pelear.

 

4.  Crear espacios de tranquilidad y armonía. Como decía antes: menos cosas, menos opciones. Más liviandad, más espacio. Esto afectará positivamente el ambiente en casa. Sentirás más tranquilidad en tus espacios y –esperemos– tus hijos la sentirán también.

 

5.  Enseñar a tu(s) hijo(s) a responsabilizarse de sus cosas. Cuando adecuamos nuestros espacios teniendo las necesidades de nuestros hijos en mente, comenzarán a desarrollar la responsabilidad y la confianza en sí mismos.

 

6.  Que tus hijos disfruten más su casa. Cuando los espacios en casa están diseñados para ser amigables con los niños, realmente pensados para puedan usar el espacio libremente, verás que los disfrutarán al máximo. ¿A quién le gusta estar escuchando (y repitiendo): “No toques eso” “Cuidado con aquello” “Aquí no” en su propia casa?

Identifica tu por qué. Observa tus espacios en casa con una mirada fresca teniendo estos objetivos en mente y comienza a detectar lo que quisieras cambiar. Te sugiero que tomes fotos de antes y después para que puedas notar la diferencia. Piensa cómo te sentirás en el nuevo espacio: más tranquila, más ligera, más…

 

 

[1] No he encontrado una palabra para traducir este término al español, así que usaré el anglicismo. La mejor traducción que he encontrado hasta ahora es «desatascamiento». Tal vez los que han leído el libro de Marie Kondo en español («La Magia del Orden»), me puedan decir cómo lo tradujeron. Se refiere a todo el exceso de cosas que uno tiene y generalmente no utilizas, pero que vas acumulado y que básicamente se convierte en un caos que ocupa espacio y energía dentro de la casa.

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