Ambiente preparado (home tour)

Toda esta teoría de adecuar los espacios para hacer que los peques puedan desenvolverse con libertad y autonomía dentro de su propia casa e involucrarse con naturalidad en todos los aspectos de la vida cotidiana de la familia suena muy bien, pero ¿cómo lo pongo en práctica? Tal vez estés pensando que eso está reservado para las casas / departamentos de revista, pero no. Aquí les comparto cómo le hacemos nosotros, esperando les sirva de inspiración para que puedan aplicar lo que pueda funcionarles en su propia casa.

La clave está en tener siempre presentes los 5 principios y procurar que los muebles sean suficientes, versátiles y prácticos para disfrutar de espacios adaptables y accesibles. Menos muebles, más funcionales. Recuerda que irán creciendo y será necesario ir reconfigurando conforme a las necesidades de cada etapa y de cada niño (si tienes más de uno, claro). Es mucho más fácil de lo que crees y no tiene que súper costoso tampoco.

¿List@?

 

¡Bievenid@!

La idea de la decoración en nuestra casa es tener espacios amplios, despejados, ordenados, acogedores, prácticos, funcionales, iluminados al máximo con luz natural, blancos con realce de color y de estilo nórdico. Todos estos conceptos empatan a la perfección con la filosofía Montessori (una razón más por la que comulgo con muchos de sus principios). Me parece que la idea se cumple, a ver qué les parece…

 

En el vestíbulo tenemos un pequeño librero al cual le mandé hacer unos cajones que rotulé con nuestros nombres para que cada quien tuviera el suyo. La idea es que al entrar nos despojemos inmediata y fácilmente de nuestras cosas de calle — aunque claro— (no mucho tiempo) después hay que acomodar cada cosa en su lugar, excepto aquellas cuyo lugar es precisamente ahí, como por ejemplo la mochila de la escuela, el asiento portátil plegable para el baño, las llaves, el paraguas, algún suéter o impermeable por temporada, etc. Aquí en México no acostumbramos quitarnos sistemáticamente los zapatos al llegar a casa (aunque estoy considerando seriamente la propuesta), pero cuando es necesario ponérselos o quitárselos, usamos los primeros peldaños de la escalera como asiento.

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La cocina tiene también muchos detalles para que Julia (y próximamente Ana) pueda manejarse con mayor autonomía. Hice antes un post a detalle, pero a manera de resumen les diré que los básicos son: el banquito, un apartado dentro de la alacena con snacks que puedan servirse por sí mismos como colación, un apartado con sus vasos, platos y cubertería, utensilios de limpieza a su tamaño y de extra, les recomiendo entretenimiento apropiado aprovechando el refri como lienzo para cuando se cansen de ayudar y los quieran tener por ahí.

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A partir de que Julia dominó la marcha, cambiamos su periquera por una silla a la que pudiera subirse y bajarse sola que le permitiera sentarse a una altura correcta con nosotros en la mesa del comedor (sin andar improvisando con cojines o pidiéndole que se arrodillara). Esta silla permite regular tanto la altura del asiento como del estribo, así que va adaptándose al crecimiento. Existe también la posibilidad de comprar por separado los aditamentos para usarla desde bebé, pero nosotros ya habíamos comprado la otra.

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Puede subir y bajar de los sillones de la sala sin dificultad, así que por eso no incluimos mobiliario pequeño adicional. Le sirvieron incluso de apoyo cuando empezó a pararse para aprender a caminar. Desde que empezó a gatear procuramos que todo lo que estuviera a su nivel fueran cosas que no se pudieran romper y/o cosas que ella pudiera usar. Los adornos de vidrio y cerámica fueron reemplazamos mayormente por otros resistentes de madera, resina o plástico, porque también es importante que, desde su perspectiva, aprecien la belleza de la decoración.

Todo lo que está a su alcance lo puede tocar. Si hay algo en particular que no queremos correr el riesgo de que se rompa, lo ponemos a una altura mayor, y lo que sí, lo dejamos para enseñarle que hay cosas que si no cuidamos, pueden dañarse.

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En las estanterías más bajas de los libreros coloqué libros de su interés (libros de consulta que no leemos antes de dormir o cuentos más largos). La mesa de centro es bajita y tiene un entrepaño inferior en el que guardamos los porta vasos (con los que siempre le ha gustado jugar) y los pocos adornos de la superficie para liberarla cuando la usa para jugar o colorear. No diré que es una zona libre de peligro porque no logro ni deshacerme, ni esconder todos los cables, pero como en cualquier zona de cuidado, nos enfocamos en enseñarle a no tocar aquello que pone en peligro su integridad y la de su alrededor.

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La estancia no es para nosotros un lugar frecuente de convivencia familiar más que en reuniones u ocasionalmente los fines de semana. Estamos con mayor frecuencia en la sala de TV, ya sea porque vemos una película en familia, algo en la tele o porque mamá está trabajando (mi escritorio está ahí mismo). Al igual que en la sala, Julia no tiene problema para subirse al sillón y casi casi tampoco para convertirlo en cama (le falta un poco más de fuerza y maña, pero sabe cómo).

Tenemos una mesa bajita con dos sillitas que usamos a veces aquí y a veces en el nuevo cuarto de juegos que está en proceso de adaptación. Esta mesita la utilizamos para dibujar, hacer manualidades, jugar con plastilina o comer (casi siempre una colación). La mesa de centro es ligera y puede moverse fácilmente para despejar el área del tapete para acondicionar ahí un área provisional de juego o pista de baile frente al televisor.

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Hasta hace a penas unas semanas mi idea era que cada una de mis hijas tuviera su propia recámara, pero una serie de circunstancias me llevaron a replantear esa decisión. Sin embargo, en esa configuración original, había quedado muy satisfecha con la distribución del espacio con áreas definidas de descanso, vestido, lectura y juego.

Optamos por una cama a ras de suelo pegada a la pared para minimizar tanto el riesgo de caída como la gravedad del daño en caso de. ¡No sé sus peques, pero Julia es impresionante cómo se mueve! Termina literal con los pies en la cabecera o completamente atravesada. La cama incluía también un barandal lateral que colocamos al inicio, pero que terminamos removiendo por la dificultad agregada para tender la cama y porque realmente la altura no representa una caída grave.

Cada quien sus costumbres, pero te recomiendo usar únicamente una sábana cajonera, un edredón, una funda nórdica y una almohada firme no muy alta. Considera la practicidad tanto para ti como para tus peques que eventualmente tendrán que aprender a hacer su cama. No hay más sencillo que eso. Para adaptarlos a la temperatura trata mejor de controlar el ambiente por medio de ventiladores, aire acondicionado, calentadores, etc. y/o adecuando lo que llevan puesto para dormir. Como se mueven mucho, es altamente probable que se destapen durante la noche.

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Colocamos un buró para tener a la mano agua (en termo, botella o algún contenedor con poca probabilidad de derrame, vaso todavía no), pañuelos desechables y —muy importante— una lamparita quitamiedos. Optamos también por una lámpara colgante sobre la pared para evitar ocupar espacio de la superficie del buró y/o tirarla accidentalmente. La lámpara tiene un cordón para ajustar el interruptor a la altura de la cama para poder apagarla fácilmente después de leer (procuramos siempre leer antes de dormir).

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Del lado opuesto a la cama dispusimos los jugueteros y un escritorio abatible para trabajos y manualidades. La idea de que sea abatible es liberar fácilmente el espacio para aumentar el área para jugar. Los jugueteros pueden configurarse tanto con repisas como con cajones. En estricto apego a los principios Montessori, deberían ser repisas con una sola actividad por recuadro presentadas en forma atractiva para el niño usando canastas o charolas y un máximo de 6 actividades en total que deben rotarse con cierta frecuencia. Como todo, esto tiene sus pros y contras.

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Yo personalmente considero que el modo repisas desaprovecha demasiado espacio. Ser minimalista tiene sus límites, sobre todo cuando de juguetes se trata. Prefiero los cajones porque puedo guardar más cosas, además de que la habitación luce alzada y uniforme. Aunque es cierto que generalmente la mayor diversión con esta configuración consiste simple y sencillamente en vaciar el contenido. En fin, lo que sí procuro es no saturarlos y agrupar juguetes o actividades similares por cajón. En el nuevo cuarto de juegos estoy también probando la configuración repisas para los juguetes de Ana (que son menos) para ver qué tal.

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En el closet dediqué los cajones y barras inferiores para acomodar la ropa a su alcance. Colocamos etiquetas al exterior para indicar dónde encontrar / guardar cada cosa.

También dedicamos un espacio al interior del clóset en la parte superior (fuera de su alcance) para almacenar los juguetes en rotación.

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Actualmente estamos en el proceso de redistribuir los espacios para adecuarlos a la realidad de una recámara compartida, así que más adelante les compartiremos la nueva versión tanto del dormitorio como del cuarto de juegos.

De pequeños nuestros hijos son prolíferos artistas y manejar tanta obra puede ser abrumador, no sólo por la cantidad, sino por el valor sentimental. Una forma que yo he encontrado para manejar las creaciones de Mi Pequeña Compañía es hacer una galería de exposiciones temporales. Existen muchas formas de montar las exhibiciones, esta es la nuestra.

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Por último, y no por eso menos importante, está el baño. Colocamos un adaptador de asiento para la taza y un banquito para que pueda sentarse cómodamente. Un segundo banquito le permite alcanzar el lavabo. La llave tiene un extensor de grifo para que el agua caiga sobre sus manos y colocamos una toalla de manos en la jaladera de la puerta de la regadera que está a su altura. Ya alcanza a abrir ella sola la llave, pero de más chiquita, sí necesitaba asistencia. Sus cosas para peinarse, bloqueador y cremas están guardadas dentro del mueble debajo del lavabo siguiendo la misma técnica de identificación que el clóset del cuarto. Colgamos un espejo de cuerpo entero a un costado para que pudiera verse.

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Dentro de la regadera tenemos un tapete antiderrapante, los artículos de aseo son pequeños (los que no lo son de origen porque compramos presentaciones family size, las vaciamos en contenedores travel size) y están a su alcance en un nicho de la pared. En la puerta está pegada con ventosas una red con algunos juguetes para agua.

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Al exterior tenemos también elementos adaptados y para involucrar a las niñas en tareas del hogar. En la terraza pusimos una silla Acapulco mini y tenemos un tapete pic nic que ponemos en el pasto para poder estar los cuatro ahora que Ana se mantiene sentada. Tenemos un cajón en el que solíamos tener un pequeño huerto casero, pero que Luka decidió usar como cama. Pronto lo reactivaremos porque a Julia le gusta mucho ayudarme a regar y cuidar de las plantitas.

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Y finalmente, la estrella del jardín es la casita de muñecas.

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Te recomiendo que bobees un rato en Pinterest —fuente inagotable de inspiración— y crees tus propios tableros con ideas que pudieras poner en práctica. En mi perfil tengo un tablero “Casa Montessori” por si quieres echarle un vistazo.

Me encantaría saber ustedes qué han hecho en casa para adaptarla. ¡Pasénme sus tips y compartan fotos!

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